De chiquitita aprendí que quien no llora no mama, así que de vez en cuando, cuando estoy mimosa o tristona, lloro un poquito por los rincones pidiendo regalitos. Esta vez estaba triste porque Conchi se había llevado mi mascota, un lindo gatito blanco y negro que adopté hace tiempo. Anna se ha compadecido de mi llantina y me ha regalado este "apapacho". Gracias linda es una dulzura de mimo. Besos.
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